04 junio, 2009

Parsis y el mesias


Allá en la tierra donde reposan los parsis



Los parsis son los miembros de una comunidad étnica de religión zoroástrica que habitan en el oeste de la India, que emigraron cuando los arbes conquistaron Persia, especialmente en la ciudad de Bombay. Descienden de los persas que emigraron a la India en el siglo VIII para escapar a la persecución religiosa.

Según el censo indio de 2001, en esa fecha habitaban en la India 69.901 parsis. En Pakistán son unos 5.000. El número de parsis en el mundo se estima en torno a 100.000.

En Bombay había gentes de muchas procedencias, lenguas y también religiones ajenas al hinduismo y al islam. Entre otras: cristianos, budistas, judíos y zoroastristas. La mayor parte de estos últimos descienden de los persas que emigraron a la India en el siglo VIII para escapar de la persecución religiosa islamista. En India se calcula que hay unos setenta mil, en Pakistán cinco mil, y en total en todo el mundo no superan los cien mil. Para Elíade, la figura de Zaratustra tenía un componente histórico, «reformador de la religión étnica tradicional, es decir, la que compartían los indoiranios del segundo milenio antes de Cristo»; mientras el otro componente se refiere a que este personaje representa únicamente un aspecto de la religión irania, es decir, el mazdeísmo, en cuyo centro se sitúa la adoración de Ahura Mazda.

A semejanza de los vedas, las upanishads o los brahmanes; el Avesta recoge los principios religiosos. Pero la mayor parte de su contenido se perdió. Sólo se conservan los Gâthâs, inspirados en las enseñazas de Zoroastro, seiscientos o mil años antes de Jesus. Son textos enigmáticos, donde se pueden encontrar algunos datos biográficos suyos. Parece ser que era pobre, estaba casado y tenía dos hijos. Fue asesinado a los setenta y siete años por el turanio Bratvarxsh en un templo del fuego. En estos escritos, Zoroastro afirma que las personas son libres y responsables. La predestinación es rechazada. Hay que luchar por el bien y además, hacerlo. Ahura Mazda, es el comienzo y el fin, el creador de todo, no puede ser visto, es eterno y puro. La Daena es la Ley Eterna revelada a la humanidad. Creen en la venida futura de un mesías,Saoshyant o Peshotan,servirá como “protector de la religión,” y en el final del “undécimo milenio” traerá un renacimiento de la fe. Peshotanu vivirá muchos años, porque él ha ganado inmotalidad con su dedicación a Ahura Mazda. Y entre sus preceptos están: la igualdad de todos los hombres, el respeto a la naturaleza y a los animales, así como la caridad. El fuego es la representación de Dios, por eso en sus templos se reza frente a una forma de fuego o de luz. No se adora al fuego, sino que éste es un símbolo de la divinidad. Los parsis practicantes de esta religión son un grupo social muy cerrado. No se admite el proselitismo ni se permite la conversión. En Religio Medici, Thomas Browne, ya se refería a Zoroastro.

En Moby Dick, Melville hace este comentario misterioso por boca de Ahab durante una tormenta: «¡Oh, tú, claro espíritu del claro fuego, a quien adorara un tiempo en estos mares, siendo yo un parsi, hasta que en la ceremonia ritual me quemaste de tal modo que la cicatriz ha permanecido?».

A China llegó esta religión en el siglo X a través de la Ruta de la seda. En las ruinas de Kaifeng y Zhenjiang quedaron vestigios de esta presencia. La religión irania influyó decisivamente en otras. El simbolismo de la luz está muy presente en el cristianismo y el budismo. El judaísmo tampoco quedó ajeno. Los ángeles y arcángeles, la serpiente simbolizando el mal, que es la oscuridad, provienen de aquí. Lo mismo que la idea del cielo y el infierno. Para todos siempre la identificación de Dios se hace con la luz. En el juicio final no se condena a nadie para toda la eternidad, se le ofrece la posibilidad de cumplir su pena y, una vez que el mal es eliminado, se le da paso al cielo. Caso de que no se renunciase a él, permanecerían para siempre como huéspedes en la Casa del Mal. Los justos son admitidos en el paraíso, en la Casa del Canto. Se dice que los Reyes Magos pertenecían a esta religión y, más contemporáneamente, parsis han sido y son Freddie Mercury y Zubin Mehta. Es una religión optimista, en la que triunfa el Bien sobre el Mal, donde la salvación es universal y los cuerpos resucitarán. El nacimiento de Zoroastro es descrito de manera muy semejante al de Jesucristo: «un niño resplandeciente de luz». El dios supremo Ahura Mazda es reconocido por Zoroastro en los Gâthâs. El altar del fuego se convertirá en centro religioso del mazdeísmo. Fuego escatológico que purifica y espiritualiza el mundo. Proporciona la iluminación.

El sacerdote pasa por una eparación entre el cuerpo y el espíritu. El fuego le proporciona la sabiduría. De ahí la idea de mago que trascendió en el mundo helenístico y renacentista, llegando hasta el Fausto de Goethe. El sol era la forma visible del Señor, «el más excelso de lo excelso (alto, eminente, sublime, excelente)». Asha, la verdad, aparece igualmente asociada a la luz. El acto religioso por excelencia consistía en fundar un fuego, es decir, en erigir un templo, dotarlo de rentas y asignarle sacerdotes.

El oficiante adquiere por medio del rito (Yasna) la condición de mago, es decir, que vive una experiencia extática que le proporciona la iluminación (chisti). Los parsis actuales continúan usando al fuego como representacion divina, el dios unico es Ahura Mazda. A los parsis no les gusta que a la religión de Zaratustra se la conozca como la religión del fuego, o la religión del Sol pues esto es reducirla a un puro elemento simbólico. Mago es el clero

En los Gathas, el mismo Zaratustra habla del fuego como de una brillante y poderosa creación de Ahura Mazda. Esta es una religión monoteísta y, por consiguiente, ningún otro Dios fuera de Él: «¡Oh Ahura Mazda! ¿Qué otro Dios a no ser tú ha creado las aguas, los árboles y todos los elementos?

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